Unión Europea y la Nueva Estrategia Cultural

Las políticas culturales en la actualidad, han entrado en una fase de nivel superior, producto de un proceso de toma de consciencia sobre la importancia de la cultura en época de globalización y universalización. Varios estudios e informes actuales realizados a propósito de este fenómeno, confirman esa aseveración.

Recientemente el Laboratorio de Estudio sobre Políticas y Globalización, de la Escuela Nacional de Administración Pública de Québec, en su informe: “Tomar la medida de la cultura: Indicadores globales para evaluar los fenómenos mundiales” nos advierte de la complejidad actual de las políticas culturales.

En el contexto latinoamericano, el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLASCO), ha recopilado estudios de expertos de la región, bajo el titulo “Estudios Latinoamericanos sobre Cultura y transformaciones sociales en tiempo de Globalización”. Publicación que muestra el alto interés sobre la cultura en estos momentos.

En el contexto europeo, el informe que da cuenta y fundamenta la estrategia de la Unión Europea para la cultura, resulta de alto interés para las políticas culturales dominicanas. Este último, al igual que los anteriores, hace esfuerzo por demostrar y concebir la función totalizadora de la cultura dentro de las políticas nacionales.

La Unión Europea (EU), a partir de dichos análisis, asigna a la cultura un peso específico, basado en un documento político titulado: «Agenda europea para la cultura en un mundo en vías de globalización». Este documento establece un rol activo de la cultura, en materia de política exterior, asigna a la misma, un puesto importante en el diálogo político, como para la unidad y consolidación cultural de Europa. De igual modo, en lo concierne a la cooperación internacional con países en vías de desarrollo.

El informe de la UE, sostiene que se hace ineludible actuar sobre lo cultural y responder a su actual complejidad. Para ello, considera que esto sólo es posible formulando políticas culturales certeras, a través del desarrollo de sistemas de indicadores que puedan medir los procesos de la cultura y los fenómenos que impactan desde la globalización.

En mayo pasado, luego de estos trabajos, el Consejo de Europa dio a conocer su estrategia cultural, en la política oficial de la Unión Europea. Su Presidente, José Manuel Barroso, haciendo jucios a favor de esta estrategia, ha señalado que «la cultura y la creatividad afectan a la vida diaria de los ciudadanos. También constituyen importantes factores de impulso del desarrollo personal, la cohesión social y el crecimiento económico, pero son mucho más: son elementos esenciales de un proyecto europeo basado en valores comunes y en una herencia común que, al mismo tiempo, reconoce y respeta la diversidad. Esta estrategia que se ha adoptado hoy promueve el entendimiento cultural y confirma la plaza que ocupa la cultura en el centro de nuestras políticas».

La estrategia adoptada posee tres objetivos claves; primero, asentar políticas de promoción de la diversidad cultural, con la cual dará seguimiento a la Convención de la UNESCO en esa materia; segundo, retomar la visión definida en Lisboa, sobre la cultura como catalizadora de crecimiento y empleo. Y como tercer objetivo, asumir la cultura como esencial para el establecimiento y fortalecimiento de las relaciones internacionales.

La nueva política cultural de la Unión Europea, apoyará las actividades culturales de los países de África, Caribe y pacífico (ACP), creando un fondo para estimular la producción cultural de dichos Estados. Asumiendo las políticas de diversidad cultural, pretenden ampliar el acceso a los mercados europeos para los bienes y servicios culturales de los ACP. Se estima, que contará con una contribución inicial para el período 2007-2013, de aproximadamente 30 millones de Euros.

No debo dejar de subrayar, que estas políticas de la Unión Europea repercutirán tanto en las políticas culturales, como sobre el conjunto de las políticas públicas nacionales. Es por ello, que valga el esfuerzo de analizar los posibles impactos de la globalización en la cultura dominicana y, de la reconfiguración que adquiere la cultura dentro de las estrategias políticas regionales.

De modo inmediato, la República Dominicana deberá superar políticas culturales descentradas e inmediatistas; al mismo tiempo, que deberá abocarse a establecer vinculaciones entre instancias gubernamentales responsables de tales políticas, para responder coherentemente a estos cambios que acontecen en el mundo.