Restaurar arte contemporáneo y Corresponsabilidad del Autor

¨La restauración es el momento metodológico de reconocimiento de la obra de arte,

en su consistencia física y en su doble polaridad estética e histórica,

en vista de su transmisión al futuro.¨

Renato Bonelli

Según palabras de Ignacio González-Varas, conocido tratadista español en conservación de bienes culturales, ¨ El registro de un bien cultural en un inventario o su inclusión en un catálogo supone su reconocimiento como objeto que exige tutela y protección.¨ Siendo esta acción, la primera operación para garantizar la conservación y salvaguardia de los bienes culturales.

El artista sin embargo, aporta y dictamina en el proceso creativo, no sólo los valores artísticos y estéticos, sino su estabilidad y perdurabilidad en el tiempo. Viéndolo desde este punto de vista, es responsabilidad de los artistas aportar el criterio fundador de la conservación en todo objeto artístico, incluso para obras conceptualizadas como arte efímero.

Una vez, un objeto artístico forma parte de una colección y es catalogada como bien cultural, su conservación y salvaguardia implica una responsabilidad, que se transfiere a quienes la custodian, como a toda la sociedad. Siendo así, resulta imprescindible que las instituciones que tienen bajo su responsabilidad bienes culturales, tomen medidas tutelares, a través de operaciones directas e indirectas, destinadas a posibilitar su perseverancia como bien cultural. Sin embargo, lo anterior no supone que los alcances de la responsabilidad y derechos de conservación del autor, cesen sobre su obra.

Algunos museos, todavía no reconocen este derecho, actuando de espaldas a los artistas cuando la obra requiere ser intervenida para su conservación y restauro, relegando toda la responsabilidad a los restauradores y conservadores. Esta concepción no reconoce la especificidad que tiene tal proceso, en el contexto actual de la restauración y la conservación bienes artísticos contemporáneos.

¿Que ocurre sí la intervención destruye los valores originales de la obra? ¿Cómo proceder para restablecer la llaman ¨unidad potencial¨ de la obra? ¿Cómo evitar lo que los expertos denominan el ¨falso histórico¨o la ¨ofensa estética? Y ¿De qué manera puede el creador asistir en este proceso a los restauradores?

Actualmente la problemática de la conservación y restauración de arte contemporáneo, busca dar respuestas a estas interrogantes, reconociendo que restaurar obras contemporáneas dista mucho de los procesos de intervención sobre obras antiguas. En este contexto, toda la discusión reconoce la complejidad del asunto, que implica la inclusión, de nuevos materiales, técnicas y maneras de expresión; que conlleva a ser consenso sobre la validez de la intervención y consulta de su autor, en caso de que todavía no haya muerto.

Este tema, fue abordado a profundidad, en la Primera Jornada de Conservación y Restauración de la Fundación Cristóbal Gabarrón, de Valladolid – España, destacándose la participación del restaurador Emilio Ruiz, en cuya intervención señaló la importancia y la suerte de tener como director de una restauración al propio artista. Esta concepción ha ido ganando terreno, permitiendo que instituciones reconocidas emprendan proyectos para dar respuesta al problema de la restauración de obras contemporáneas. Dentro de tales iniciativas, se puede citar la creación de una base de datos de autores, técnicas e informaciones, sobre las obras de autores contemporáneos, que hoy es vital para la restauración y conservación de importantes obras del patrimonio artístico internacional. Un buen ejemplo de ello, es el proyecto INCCA (The International Network for the Conservation of Contemporary Art), creado en 1999 bajo el amparo de la Unión Europea, el Netherlands Institute for Cultural Heritage.

Obviamente, que este replanteamiento que se promueve en el ámbito de la conservación y restauración en el arte contemporáneo, atienden a consideraciones técnicas y conceptuales, como ética y de derechos.

Los procedimientos practicados en este campo en República Dominicana, distan mucho de estas concepciones contemporáneas, suscitando riesgos a la integridad física y estética de la obra de arte, al tiempo de vulnerar los derechos de sus autores.