Evaluar las políticas culturales

¨La Cena¨, dibujo de Carlos Santos, Oleo sobre madera, 1977

¨Un político piensa en la próxima elección;
un hombre de Estado piensa en la próxima generacion.¨

James F. Clarke

El campo cultural es un sistema cuya complejidad y multidimensionalidad, requiere evaluar continuamente los procesos y fenómenos culturales. En este sentido, una política cultural será mejor o peor, dependiendo de cómo se estructure una gerencia cultural, capaz de satisfacer esta necesidad en los ámbitos, sectores y subsectores que la conforman. Lo anterior, ha de suponer la existencia de un Plan, desde el cual se formulen programáticamente los objetivos propuestos.

Actualmente, por diversas vías, se formulan propuestas para que las políticas culturales en el plano nacional e internacional, puedan ser evaluadas; esperando que estas evaluaciones contribuyan a optimizar el impacto positivo de la cultura en el desarrollo y en la lucha contra la pobreza. Ya desde hace años, vemos los esfuerzos que sigue la UNESCO en ese sentido; ahora, con más fuerza tras la entrada en vigencia de la Convención Sobre la Protección y la Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales. De igual manera, debemos subrayar ese mismo interés de parte de diversos organismos multilaterales, tales como, la OEA, OEI, para citar algunos.

El otro gran esfuerzo, que acentúa como imprescindible las tareas evaluativas de las políticas culturales, nos viene desde la Agenda 21 de la Cultura. Este interés se sustenta en el artículo 25 de la Agenda, que estipula: ¨ Promover la implementación de formas de evaluación del impacto cultural para considerar, con carácter preceptivo, las iniciativas públicas o privadas que impliquen cambios significativos en la vida cultural de las ciudades.¨

Recientemente, España ha formulado una propuesta inspirada en la Agenda 21 de la cultura, que busca crear un sistema de indicadores para las políticas culturales locales; que permitirá a ese país, monitorear los procesos que se llevan a cabo en la implementación de los objetivos de la Agenda 21 de la cultura. Lo más relevante de esta propuesta, es el diseño de una guía práctica, para la formulación y seguimiento de la política cultural; concebida con el propósito de permitir la orientación, reflexión y mejora de las mismas.

Con este paso, España se pone a la vanguardia a nivel internacional, proponiendo un ejemplo de nuevas prácticas, que evidencia el alto interés y conciencia, en favor de los sistemas de evaluación de políticas culturales. Esta guía, se convierte en una excelente herramienta de auto evaluación, que proporcionará una metodología en la mejora continua, de los procesos de gestión, calidad y rentabilidad en la cultura.

El Proyecto está siendo auspiciado por el Ministerio de Cultura de España y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Este último organismo, agrupa a todas las provincias española. El grupo de trabajo conformado para coordinar dicho proyecto, está a cargo de Eduard Miralles i Ventimilla, funcionario de la Diputación de Barcelona. La nueva propuesta, creará un observatorio de indicadores culturales que cubrirá los requerimientos de información del nuevo sistema cultural.

Nos llama poderosamente la atención, que la República Dominicana aun no se inscriba dentro de estas nuevas corrientes que tienen sus pilares fundamentales, en la adopción de la Convención de la UNESCO y en la Agenda 21 de la Cultura, ante citadas. Sería importante, que el sector cultural, promueva y exija que nuestro país pueda ser parte de estos dos acontecimientos, que sin lugar a dudas, constituyen verdaderas propuestas de cambio para la cultura y las sociedad del siglo XXI.